Hoy quiero compartir los puntos fundamentales en los que se basa mi método de práctica superefectiva.
En este artículo vas a entender cómo planificar y organizar tus sesiones de práctica para poder aprovechar al máximo cada minuto de tu tiempo y progresar más con menos esfuerzo.
Lee atentamente cada punto e intenta incorporar de a poco estos elementos a tu rutina de práctica. Ésto optimizará tu aprendizaje y te ayudará a alcanzar tus metas musicales más rápido.
La combinación de un plan bien estructurado con principios de la neurociencia son los pilares de éste método de Práctica Super Efectiva.
Las cuatro +1 Areas de Práctica
Para aprovechar al máximo el tiempo y la energía disponibles es fundamental separar la sesión de práctica en bloques.
Podemos comenzar observando las cuatro áreas de enfoque en las que te centrarás durante tu tiempo de práctica. Definiendo estas áreas, podremos hablar sobre cómo asignar el tiempo correcto y el orden adecuado para cada una. Las cuatro áreas de enfoque son:
- Ejercicios, que deben ser breves y darte un enfoque específico para aprender una habilidad o técnica.
- Canciones que estás aprendiendo, donde normalmente pasarás la mayor parte del tiempo.
- Revisión de repertorio, que mantiene frescas las cosas que has aprendido.
- Tiempo de práctica abierta, que te permite disfrutar y darte un poco de fluidez en tu sesión de práctica.
+1. Teoría, que te permitirá entender el porqué de todo lo que estás practicando y te ayudará drásticamente al momento de componer o improvisar.
Tu rutina debe tener en cuenta todas estas áreas de enfoque, y el tiempo dedicado a cada una dependerá de tus objetivos de práctica actuales.
Determinando tus objetivos de práctica
Para determinar cómo estructurar tu rutina, primero piensa en tus objetivos de práctica. Si eres principiante, un profesor o un curso guiado te ayudará más con esto, pero una vez que superes lo básico, puedes comenzar a establecer tus propios objetivos y hacia dónde quieres dirigirte.
Los objetivos pueden ser desde aprender una pieza muy específica hasta algo que te empuje en una dirección general (por ejemplo, “quiero aprender a improvisar sobre el blues”), o mejor aún, trabajar hacia un objetivo específico (“necesito tener mi lista de canciones lista para presentarme en 3 semanas”).
Establecer tu objetivo será el principio rector que dará forma a tu rutina de práctica y cuánto tiempo dedicarás a las áreas principales.
Por ejemplo, si estás ensayando para una actuación, es probable que pases mucho tiempo revisando tu repertorio. Si estás tratando de aprender un nuevo estilo, equilibrarás el tiempo haciendo ejercicios en ese estilo (por ejemplo, escalas de blues) así como aprendiendo canciones (por ejemplo, solos y ritmos de blues, tocando junto a una pista).
Recuerda intentar establecer objetivos que sean medibles y se puedan lograr en un tiempo razonablemente corto, para que no te aburras o asumas una tarea demasiado grande, especialmente si eres principiante. No tiene sentido tratar de establecer un objetivo para aprender una pieza avanzada completa en una semana si eres principiante, pero ciertamente puedes establecer un objetivo para aprender los primeros compases.
Una vez que tengas tu objetivo establecido, puedes comenzar a mirar las cuatro áreas de enfoque y determinar cómo configurar tu rutina. Vamos a ver más de cerca cada una de las cuatro áreas de enfoque y ver dónde y cómo deben encajar en tu rutina.
Ejercicios
La mayoría de las veces, tendrás un objetivo que se presta bien a los ejercicios. Objetivos como aplicar la teoría musical, desarrollar destreza en los dedos, o dominar los conceptos básicos del instrumento (como cambiar acordes en la guitarra) pueden ser parte de tus ejercicios.
Generalmente, querrás que tus ejercicios sean al principio de tu práctica, ya que tienden a servir como un buen calentamiento.
Pero también aquí cada caso es distinto. Incluso uno mismo puede cambiar muchas veces de objetivos y de gustos o prioridades.
En mi caso dediqué muuuucho tiempo haciendo ejercicios de digitación, de velocidad, como escalas y patterns tratando de subir el metrónomo cada día unos 5 Bpm más… Desde hace unos años, en cambio, mis objetivos musicales cambiaron bastante y le doy mucho más valor (y tiempo) a la expresividad y a la musicalidad, por lo que practico más técnicas o estilos que me gustan y quiero incorporar en mi propio estilo.
Una excelente manera de romper esto es comenzar con un solo ejercicio de calentamiento, pero luego ubicar tus ejercicios a lo largo de tu rutina donde tenga sentido. Por ejemplo, si estás aprendiendo tres canciones, y cada una está en una clave diferente, puedes practicar la escala para esa clave justo antes de practicar la canción, o si tienes un pasaje difícil o un cambio de acorde en una canción, practicar ese elemento específico.
Canciones que estás aprendiendo
Generalmente, aquí es donde la mayoría de los aprendices pasarán la mayor parte de su tiempo. Toma tantas canciones como te sientas cómodo, pero dividir tu tiempo entre demasiadas significa que podrías no avanzar a un ritmo constante. Trata de poner las canciones más desafiantes al principio de tu rutina, cuando tendrás más energía y enfoque para abordarlas, o rota estas canciones en tu rutina para dedicar esa energía a diferentes canciones cada vez que practiques.
Revisión de repertorio
Aquí es donde querrás mantener frescas las cosas que has aprendido en el pasado. Es fácil seguir enfocándose en aprender nuevas canciones, pero cuando quieres volver a tocar algo que aprendiste en el pasado, ha pasado demasiado tiempo y lo has olvidado. La revisión del repertorio también es un excelente lugar para relajarse y disfrutar los frutos de tu trabajo musical, o aplicar nuevos aprendizajes a viejas canciones, probar diferentes tempos, dinámicas o acentos, y lograr tu mejor interpretación de las canciones que amas.
Práctica abierta
Es una gran idea ubicar el tiempo de práctica abierta hacia el final de tu rutina. Esto te permite terminar tu práctica sin que se sienta como un trabajo, especialmente si estás luchando con algo. Este es tu tiempo para decidir en el momento: ¿qué quieres hacer? ¿Quieres trabajar en algo de la rutina que te emocionó? Quizás solo quieras tocar un poco, o improvisar y explorar. Terminar tu práctica con una sesión de práctica abierta te permitirá alejarte de tu práctica recordando por qué estás aprendiendo a tocar en primer lugar.
Neurociencia aplicada a la práctica musical
Ahora que tenemos una estructura clara, vamos a ver cómo podemos integrar algunos principios de la neurociencia para maximizar nuestra práctica.
Práctica Distribuida
En lugar de practicar por largos períodos en una sola sesión, distribuye las sesiones de práctica en el tiempo. La neurociencia muestra que el aprendizaje y la memoria mejoran cuando se distribuyen las sesiones en lugar de concentrarlas. Este efecto de “espaciado” ayuda a consolidar la información en la memoria a largo plazo.
Práctica Intercalada
Mezcla diferentes tipos de tareas o piezas durante las sesiones de práctica. Alternar entre diferentes habilidades o temas mejora el aprendizaje a largo plazo, ya que la variación fuerza al cerebro a adaptarse y aprender mejor.
Enfoque en la Deliberación
Practica de manera consciente y deliberada, concentrándote en mejorar aspectos específicos de tu ejecución. La práctica deliberada implica establecer objetivos claros, recibir retroalimentación y enfocarse en mejorar aspectos específicos de la habilidad, lo que es crucial para el desarrollo de la maestría.
Descansos Regulares
Toma descansos cortos y regulares durante las sesiones de práctica. Los descansos permiten al cerebro procesar y consolidar la información, mejorando la retención y la comprensión, y ayudando a prevenir la fatiga mental.
Visualización y Práctica Mental
Dedica tiempo a visualizar la ejecución perfecta de una pieza o técnica. La visualización activa muchas de las mismas regiones cerebrales que la práctica física, fortaleciendo las conexiones neuronales y mejorando el rendimiento real.
Retroalimentación y Autoevaluación
Utiliza grabaciones de tus prácticas para autoevaluarte y ajustar tu enfoque. La retroalimentación es crucial para el aprendizaje, permitiendo identificar áreas de mejora y ajustar las estrategias de práctica.
Establecimiento de Metas Específicas
Fija metas claras y específicas para cada sesión de práctica. Tener objetivos claros y alcanzables motiva al cerebro, aumentando la concentración y la efectividad de la práctica.
Dormir Bien
Asegúrate de dormir lo suficiente, especialmente después de las sesiones de práctica intensas. El sueño es crucial para la consolidación de la memoria, procesando y almacenando la información aprendida.
Práctica con Emoción
Practica con piezas que te apasionen y emocionen. La motivación y la emoción mejoran la efectividad del aprendizaje, activando el sistema de recompensa del cerebro y facilitando la retención.
Variabilidad en la Práctica
Cambia regularmente el contexto y el entorno de tu práctica. Practicar en diferentes contextos aumenta la flexibilidad y adaptabilidad del cerebro, haciendo que las habilidades aprendidas sean más robustas y transferibles.
Revisando tu rutina
Lo último que debes recordar es hacer lo que sea necesario para mantener tu rutina fresca. Rota a través de algunas comunes, ajusta los tiempos después de cada ejecución, o derrumba y reconstruye tu rutina tan a menudo como tenga sentido para cumplir tus objetivos. ¡Feliz práctica!
Espero que estos consejos les sean útiles y les ayuden a maximizar su tiempo de práctica. ¡A tocar y disfrutar de la música!